¿Qué pasa si no se guarda reposo después de una cesárea?

Ya sea programada o por complicaciones en el momento del parto, las primeras semanas de recuperación tras una cesárea no son fáciles para una madre. Es normal sentir dolor y cansancio, no hemos de olvidar que se trata de una intervención de cirugía mayor y el tiempo de recuperación es más lento frente a un parto vaginal. Pero si se siguen ciertas pautas, se puede conseguir una evolución favorable en el menor tiempo posible, para poder disfrutar plenamente de la nueva maternidad.

Durante las primeras semanas, lo principal es cuidarse

Tras la hospitalización, que habitualmente dura unos 3 días, lo más importante es descansar y dejar que el cuerpo se recupere. Por eso, se deben evitar realizar grandes esfuerzos, como levantar peso, así como reducir todos los movimientos que supongan doblar el abdomen, puesto que la cicatriz aún está muy reciente. Pide ayuda para todo lo que necesites, también para los cuidados del bebé. Si le das el pecho, puede que su peso sobre tu abdomen te produzca dolor, así que busca otras posturas más cómodas para ambos, como permanecer tumbada o proteger la zona de la cicatriz con la ayuda de una almohada. 

Resulta beneficioso caminar un poco lo antes posible tras una cesárea. De esta forma, facilitarás la circulación y el tránsito intestinal, ya que muchas veces la cesárea provoca estreñimiento y dolores intestinales. A la hora de levantarte de la cama, procura hacerlo de lado y apoyando el codo para que el abdomen no se resienta. No olvides que ahora lo principal es descansar: el reposo ayudará también a disminuir el riesgo de padecer depresión posparto.

¿Cómo cuidar la herida de la cesárea?

Los puntos o grapas se retiran aproximadamente a los 10 días de la intervención, pero la herida puede tardar entre 6 y 8 semanas en curarse del todo. Durante todo este tiempo, lo principal es mantenerla limpia y seca. Para ello, utiliza un jabón neutro cuando te duches y lava la zona suavemente con la mano. Al acabar, hay que secarla suavemente con una gasa a base de pequeños toques, o con secador en la función de aire frío, para evitar posibles quemaduras. Lo mejor es dejar la zona de la cicatriz al aire y evitar roces, así que estarás mucho más cómoda si utilizas ropa holgada que no toque la herida.

Durante las primeras semanas, es probable que sientas tirantez y picores, no te preocupes puesto que forma parte del proceso de curación. Ante la posibilidad de querer utilizar cualquier producto en concreto como geles, cremas o antisépticos, recuerda que, cualquier duda, lo mejor es consultar a tu profesional de la salud. 

Existen ciertos actos involuntarios como el toser, reír o estornudar, que pueden ocasionar dolor, por lo tanto, es conveniente que se proteja la zona sujetando el abdomen con las manos o con una almohada, para darle soporte y protección. Aunque a veces resulta difícil, la higiene postural es especialmente importante en estas semanas, así que intenta siempre mantener la espalda recta y no doblar el abdomen al agacharte. 

Cuándo retomar el ejercicio

Durante las primeras semanas se recomienda evitar cualquier gran esfuerzo físico, ya que la herida quirúrgica está en proceso de cicatrización y se pueden producir complicaciones. Una vez la cicatriz está totalmente cerrada, y que se ha producido la involución de todos los órganos, a las 8 semanas aproximadamente, se pueden comenzar a realizar ejercicios de recuperación, siempre consultando previamente a tu profesional de la salud, tras una valoración posparto. Recuerda que estos ejercicios están indicados para fortalecer los músculos abdominales y también el suelo pélvico. Por lo tanto, los esfuerzos intensos como correr o realizar abdominales están totalmente contraindicados durante los primeros meses.

Puesto que los músculos estarán debilitados tras la intervención quirúrgica y el periodo de reposo, es aconsejable empezar con ejercicios como la natación y las clases de yoga o pilates específicas para el posparto, evitando posturas que concentren un esfuerzo excesivo en el abdomen. Ten en cuenta que esos ejercicios nunca deben producir dolor.

Para reforzar el suelo pélvico, lo ideal es realizar ejercicios hipopresivos, contraindicados en el embarazo por necesitar de periodos de apnea (no respiración) durante la realización de los mismos, pero que tan beneficiosos son durante el posparto tanto para el abdomen como para el suelo pélvico. Estos ejercicios pueden ir acompañados de los ya conocidos ejercicios de Kegel, que estos sí se pueden realizar durante el embarazo.

Alimentación tras la cesárea

La cesárea provoca habitualmente la aparición de gases y estreñimiento durante las primeras semanas, ya que los músculos abdominales están distendidos y el intestino ha quedado debilitado. Hacer una dieta rica en fibra y beber mucha agua te ayudará a mejorar el tránsito intestinal, así que es momento de incorporar más legumbres, cereales y fruta en tu alimentación. Los cítricos, además, te aportarán un plus de líquido y de vitaminas esenciales para ayudar a recuperarte.

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